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Desde los anales de la humanidad, ésta ha ido detrás de miles de sueños. Cada persona ha buscado siempre el suyo propio. Tras años de sufrimiento ha habido quien lo ha conseguido. Unos lo lograron sin enterarse, sin esfuerzo alguno, mientras otros se quedaron en el camino.
Y la historia se repite y se repetirá hasta que la humanidad expire. Mientras sigamos pensando por nosotros mismos, perseguiremos algún sueño. Hay gente que cuando lo consigue, se desengaña por haberlo idealizado de una forma totalmente distinta a como después ha sido realmente. Pero en fin, dejemos que se equivoque por si mismo. Aconsejemos pero no se nos ocurra disuadir al no ser que se vaticine una verdadera catástrofe por el camino. De los batacazos aprendemos, y yo que llevo unos pocos, luzco unos lustrosos chichones y moratones a modo de autolesión. Pero finalmente he superado estos escollos y ahora sé qué debo y qué no debo hacer. Tropezaré en otras piedras, pero difícilmente en las mismas pues como humano que soy, ya he magullado mis pies en dos ocasiones y no ocurrirá lo mismo una tercera vez.
Como se suele decir, nadie escarmienta en cabeza agena y yo quiero ser una de estas cabezas. Celebremos nuestros batacazos como los grandes éxitos que puedan aparecer en un futuro.