Las palabras pesan porque están mojadas. Se hunden y hay que descubrirlas como a un antiguo tesoro apresado en un barco sumergido. Quieren salir a flote pero no lo consiguen... porque no están huecas.
No amigos, no he abandonado esta bitácora. Estoy embarcado en ciertos proyectos que requieren del poco tiempo que dispongo. Por lo tanto, espero que tengan paciencia y continúen con su fidelidad como lo han hecho hasta el momento.