06 mayo, 2011

Circulen por su derecha

Fotografía del autor


¿Por qué en las aceras la gente no puede ir por su derecha? Si se hiciese así se evitaría el ir sorteándola. El otro día había una señora de cierta edad quejándose en voz alta, como si alguien se hubiese chocado con ella: "¡Y encima me dice que por qué no voy por mi derecha! ¡Yo voy por donde me da la gana!". Enseguida pensé algo así como: "Se lo tiene merecido, señora". O como en otra ocasión que una mujer respondió cuando otra la increpó: "Yo es que soy inglesa", y se reía.

A veces por cabezonería, otras por ver la reacción del que ya considero mi contrincante, me mantengo por mi lado correcto (es decir el derecho), comprobando que el que tiene que desviarse de su trayectoria en última instancia soy yo. Y cuando dejan un mínimo pasillo por el cual puedo circular, también soy el que encima tiene que girar el hombro para evitar la posible luxación de éste. Tan sólo consigo salirme con la mía cuando haciéndome el sueco miro hacia otro lado o al suelo, lo que significa que en la mayoría de los casos actúan de mala fe.

Puedo entenderlo cuando se trata de gente muy mayor que, como los toros heridos o cansados van buscando la barrera. O si lloviendo, caminan refugiándose debajo de las cornisas al carecer de paraguas. Pero cuando yo tampoco lo llevo, ¿por qué he de ser el que me moje? Y si para mayor inri él si lo blande como tratándose de lanza, dan ganas de armarse también y batirse en duelo con tan duro rival, aun siendo un gigante o el mismísimo Señor de los Espejos.

No se apartan ni cuando vas con el cochecito de un bebé. Antes de tener hijos creía que la gente era más respetuosa; ahora sin embargo, tengo más que comprobado que no es así y si tienen que pasar por encima de tu hijo, lo harán sin el menor pudor. Y no hablemos cuando encima tienes que cruzar un semáforo...

Luego te encuentras a los que yendo en tu mismo sentido de la marcha, van zigzagueando. Si los quieres adelantar te resulta complicado porque son imprevisibles. Vas hacia la izquierda y ellos también lo hacen; vas hacia la derecha y exactamente igual, como si tuvieran un radar o un espejo retrovisor y disfrutasen no dejándote pasar.

También están los que van en grupo, uno al lado del otro ocupando todo el ancho de la acera. Claro está que no hacen el menor amago por dejarme un mínimo hueco para pasar e incluso, en ocasiones, me echan hacia la carretera sin ninguna consideración.

Sí, ciertamente hoy en día la mayoría de la gente va a lo suyo, y a los demás que les zurzan. Si usted es uno de esos que van por toda la izquierda, párese a pensar y rectifique su trayectoria; quedará agradecido si es lo que busca. Hagamos que todo sea más sencillo en estas pequeñas cosas, que al menos, sí está en nuestras manos.

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